miércoles, 30 de enero de 2013

Los números del Tordo


Recordando y volviendo a recordar no se puede más que pensar en los buenos momentos y lo bien que se siente poder hacer una travesia como la que hicimos. Lo más importante es disfrutar de la amistad de 7 adolescentes de mas de 35 años. Cuando la amistad y la aventura sobrepasan la carrera diaria de poder combatir contra las distintas profesiones y sus abatares uno se da cuenta que deja de lado el poder vivir y sentirse vivo.  

Aunque no hay que dejar de recordar el momento difícil y sacrificado que uno pasa. Solo el llegar al objetivo y poder disfrutar de 30 minutos de Gloria hacen que pueda uno llenarse los ojos de lágrimas de todas las cosas que uno puede lograr con esfuerzo y entrenamiento.

Les mando unas estadísticas aunque no lo crean son reales y demuestra lo que la mente puede hacer.
Salimos a las 9 horas y 35 minutos el dìa soleado y
Recorrimos 10,01 km de tierra compactada en buen estado
La velocidad promedio fue de 4,5km/h con una máxima de 16,8 km/h.
Todo el grupo subio junto pero algunos se adelantaron. Los ùltimos llegamos demorando 2 h con 12 minutos
Subimos de 3250  a 3854 metro de altura. 

Lo mas importante es poder pensar en las cosas a tener en cuenta cuando se hace un ascenso y prevenir que un día se convierta en pesadilla.

Me tomé el atrevimiento de baja esta bibliografia para que lean algo de mal agudo de montaña y conozcamos mas de nosotros para poder prevenir cuando esto aparece.

Dr. Raúl Lelio Sanz
Especialista en Cardiología y Vitalicio de BICIAR

Mal agudo de Montaña

El mal agudo de montaña (MAM), llamado coloquialmente mal de altura, mal de páramo, soroche o apunamiento, es la falta de adaptación del organismo a lahipoxia (falta de oxígeno) de la altitud. La gravedad del trastorno está en relación directa con la velocidad de ascenso y la altitud alcanzada. De manera inversa estos síntomas normalmente desaparecen al descender a cotas más bajas. Ocurre normalmente a partir de los 2.400 metros de altitud,1 hasta la denominada "Zona de la muerte" a los 8.000 metros de altitud.
Suele aparecer a partir de exposición a la hipoxia y es más frecuente en menores de cincuenta años y en sujetos que residen habitualmente a menos de 900 m de altitud.
La principal causa de esta aflicción es la hipoxia (falta de oxígeno en el organismo). La presión atmosférica disminuye con la altura, lo que afecta a la biodisponibilidad del oxígeno, ya que los alvéolos pulmonares no son capaces de transportar la misma cantidad de oxígeno a la sangre que ante una situación de mayor presión. Aunque se sabe que la hipoxia es la causante del MAM, el mecanismo exacto por el que ésta lo provoca todavía es desconocido.

Síntomas
Mareos
Cefalea (dolor de cabeza).
Náuseas y vómitos.
Falta de apetito.
Agotamiento físico.
Trastornos del sueño. Que pueden ser bien somnolencia o insomnio. También pueden presentarse episodios de disnea súbita nocturna (despertarse bruscamente con sensación de ahogo) debidos a la denominada respiración de Cheyne-Stokes durante el sueño.

Las manifestaciones más graves (y potencialmente letales) del mal agudo de montaña son el Edema Pulmonar de Altitud y el Edema Cerebral de Altitud.

Prevención
El estado de forma o la preparación física, por excelentes que estos sean, no previenen el MAM en absoluto. Este puede producirse a cotas de tan solo 2.500 m de altitud y se sabe que la susceptibilidad a padecerlo es inversamente proporcional a la edad del sujeto, probablemente debido a la madurez del sistema nervioso. Tampoco se recomienda el empleo de fármacos para prevenir el MAM, sino adaptarse progresivamente a la hipoxia de altitud mediante un proceso denominado aclimatación.

Es muy importante tener en cuenta que, a pesar de seguir escrupulosamente un calendario de aclimatación, el MAM puede presentarse en cualquier momento. También es muy importante mantenerse perfectamente hidratado (beber al menos 4 o 5 litros de líquido diarios) y una dieta variada rica en hidratos de carbono.



martes, 29 de enero de 2013

Toque al Cristo II

Luego de un año volvimos y tocamos el Cristo Redentor con las manos. Una previa divertida por los senderos de Puente del Inca y Penitentes con un grupo de amigos inquebrantable. Esta vez se sumaron Gustavo y Alfredo. Bienvenidos





Pronto subiremos más fotos y anécdotas. Mientras tanto... http://www.mdzol.com/nota/445652-del-embole-citadino-a-pedalear-en-la-montana/