lunes, 25 de noviembre de 2013

Un toque al Cristo inolvidable

Lo hicimos una vez más. Tocamos el Cristo por tercer año consecutivo y lo que parecía una travesía más ha quedado como una de las mejores salidas y experiencias que hemos tenido. De 10 personas confirmadas solo quedaron dos, pronósticos de mal tiempo, frío, lluvia y distintos hechos que hacían dudar de la concreción de este viaje.

Finalmente emprendimos la travesía. Fijamos como "base" el Refugio de Cruz de Caña, ubicado en el Centro de Esquí Penitentes. Realizamos una pequeña salida para aclimatar y paseamos por las pistas bajas del centro de esquí. Fuertes ráfagas de viento y el cielo negro sobre el atardecer nos hacía dudar una vez más de hacer realidad el "III Toque al Cristo".

Hospedarnos en el Refugio Cruz de Caña fue una idea lindísima y altamente recomendable para quienes quieran imitar nuestra pequeña aventura. La noche en el refugio tiene ese toque mágico de fogón, de copas de vino y experiencias de locos lindos del mundo que pasan por ahí.

Convencimos a Andrea a quién conocimos un día antes, que nos acompañara a subir el Cristo. Según nuestra experiencia los senderos de Penitentes, estaban en peores condiciones que los del Cristo y de alguna manera ella creyó en nosotros. Pero los primeros kilómetros de los caracoles al Cristo Redentor estaban con una capa de arena importante que dificultaban la subida.

Al ir ganando altura, la ruta se complicaba con el agua de deshielo, que levemente humedecía las zapatillas pero comenzaba a enfriarnos.

El frío comenzó a sentirse cada vez más. Y las "lenguas" de nieve y hielo cortaban la ruta tímidamente por sectores. Pero a medida que subíamos ese hielo cubría totalmente la calle y bloqueaba nuestro paso por completo.

En varias partes tuvimos que bajarnos de las bicicletas y hacer tramos caminando por el hielo, con lo cual las zapatillas ya estaban totalmente mojadas. Igual estábamos de acuerdo en que había que llegar a la cumbre sin importar como.

La simple travesía se fue convirtiendo lentamente en un gran desafío y cada obstáculo lo recibíamos con mucha alegría. Una vez más, eramos niños arriba de la bici.

Finalmente a unos 500mts antes de llegar a destino, el camino estaba definitivamente bloqueado por el hielo y su inclinación era muy riesgosa inclusive para seguir con las bicicletas. Estudiamos otras vias para llegar pero ninguna parecía tener un final feliz. Lo peor de todo es que el Cristo Redentor se veía a simple vista. Estabamos muy cerca.

Decidimos entonces avanzar sin las bicicletas y caminar por un filo que se puede ver en el video. Cruzamos y los edificios de Gendarmería estaban desocupados, al igual que el de Chile. Nadie había subido hasta allí desde hace bastante y definitivamente pasarán varios meses para que el camino quede habilitado.

Tocamos el Cristo. Sacamos las fotos de rigor hasta que comenzaron a congelarse nuestros dedos y decidimos regresar, con una mochila con poca agua pero cargando una experiencia inolvidable.

Andrea, a quién no conocíamos, resultó ser una sorpresa y una compañera de viaje muy canchera, que de haber estado compitiendo hubiese subido y bajado dos veces más rápido que nosotros. Probablemente hoy esté convenciendo a su esposo de cambiar la moto por una gran aventura en mtb. Charly hizo el toque con el brazo y otras partes del cuerpo totalmente raspadas producto de un piña que se dió un días antes. Sin embargo, estuvo firme desde el primer momento.

José y todo su equipo del Refugio fueron extremadamente amables y excelentes anfitriones. Dejamos el video de regalo a nuestros fallutos "hermanos de los senderos" y sabemos que la magia que vivimos en esta travesía no la podremos expresar ni con imágenes ni con palabras, pero durará por siempre en nuestra inolvidable memoria.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Se viene el Toque al Cristo


Por tercer año consecutivo intentaremos subir por el mágico sendero de caracoles que llevan a los 3854 metros sobre el nivel del mar y tocar el Cristo Redentor. Mientras tanto nos preparamos física y mentalmente.

 





Hermanos de los senderos

Algo tarde, nuestro querido Carlitos A. nos regala una crónica de vivencias en el Trasmontaña 2013:

Queridos amigos del mtb, queridos hermanos de los senderos.

La vida me volvió a reglar, me volvió a sorprender y esta vez fue con la posibilidad de correr el trasmontana 2013.

Partimos de Mendoza mas menos 18 ilusiones, cada o con su objetivo cada uno con su propia  meta. Como recita Juan Carlos Baglieto, la lucha es igual cuando es contra uno mismo…eso es ganar.

Preparamos la salía en la casa de la Nona Maldonado.

El mudo se encargó de preparar las bici en el tráiler que gentilmente nos habían prestado.

Recuerdo esa noche…La primera biciclieta en subir fue LA DEL MUDO, el que parte y reparte se queda con la mejor parte.

Subió su bici, la ato con mas menos 20 correas, algo mas de 15 goma espuma, la cubrió con plástico y luego fue tirando como caían el resto de las Bicicetas.

Sabiendo esto nuestro amigó Narigón dejo de trabajar un rato, para ir a ver como cargaban su nena nueva…

Cargadas las bicis salieron a Tucumán, digo salieron porque yo viaje un dia después en micro por razones laborales (soy el único de los 18 que trabaja)

El grupo fue hermoso, por hacer algunos ejemplos, pienso en el Viejo Adrián, ejemplo de todo, de padre, de amigo de compañero de senderos, maestro en la bici etc. El viejo se dio un gusto gigante, el cual espero algún día yo también lo pueda cumplir. Participio del trasmontana junto con su hijos German y Martin, el Tincho.

Es hermoso ver crecer a estos pendejos Roslan, hace unos anos German era una criatura y hoy es un hombre, Tincho era un nene que lo debía esperar llevar y remolcar, hoy nos deja lleno de tierra cuando lo vemos pasar.

Si para nosotros esto es un orgullo cuanto mas ara el querido Viejo Adrián.

La previa a la carrera fue hermosa, nos dimos el gusto de ver a nuestro bichito de luz probando la bici con luces por todo Tucuman aun en el mismo hotel donde bajaba las escaleras con las luces de si bici prendidas.

Mientras tanto otros corria por los pasillos del hotel tal como habían venido al mundo, este es nuestro viaje de egresado anual.

Salimos a dar una vueltas por Tucumán, los lleve a conocer mi antigua escuela, la casa de mi abuela y terminamos en un velódromos donde jugamos un par de carreras. Lógicamente el ganados en todos los casos fui yo.

Quizás fue un error mío dejar toda mis piernas en este velódromo, lo pagaría al otro día en la carrera.

La noche previa a la carrera es todo mistica es todo magia, esa noche  compartí habitación con el narigón y el Pelado.

En la habitación de pedo entrabamos los tres, pero las tres bicicletas estaban a nuestro lado, tratábamos de mimarlas y cuidarlas, esperando ellas hagan los mismo por nosotros al dia siguiente en los cerros.

A la mañana bien temprano cargamos las bicicletas nos vestimos, desayunamos y previa pasada por el baño partimos a los cerros, la ansiedad, la ilusión, se podía sentir en el aire, esta es nuestra carrera es nuestro  desafío anual, con esto sonamos 364 días y para esto “nos preparamos 364 días”

Vamos subiendo los cerros camino a la largada y los chistes disminuían, la concentración aumentaba, nos dábamos aliento uno a otro, estamos en nuestro momento.  Mirabamos los otros competidos, los estudiábamos mirábamos su bici sus equipos, estamos mas cerca uno del otro hombro con hombro matando miedos cobardes.

Las arengas y las palabras de aliento no paraban de uno a otro de hermano a hermano de sendero.

Bajamos las bici, el eterno viejo nos ayudo a prepararlas, Fer y Luquitas nos ayudaban, nos daban una mano a los que largábamos primero (los mas viejos) el padre de Fernando también estaba con nosotros, ejemplo de amor a su hijo de disfrutar con el cada locura que tiene,  apoyarlo en todo.

Sabíamos que no ganaríamos, pero nos preparamos para ganarnos a nosotros mismos y de paso a este grupo de 18 amigos también.

Cierro los ojos y recuerdo el aire frio, la niebla que se levantaba, el corazón que latía mas fuerte…

Al llegar mi compañero de trasmontana mi hno de los senderos el querido narigón, tuvo que ir al baño, recoleto papel algunos de diario otros pañuelos etc. Etc. y fue al baño. Me pidió lo acompañara para cuidarle la bici. Esa fue mi primer caída de la carrera. Sin haber largado ya llevaba una caída. Paramos para ir al baño y no pude sacar el pedal de la traba y pumba al piso.

El narigón quizás uno de los mejores ciclistas de Mendoza en su categoría me regalo esta carrera y la compartió conmigo, para el un eterno gracias. El podría haber ganado o haber obtenido podio, pero opto por compartirla con un amigo gracias totales nariz.

Volviendo a la Carrera estábamos listos con nuestras remeras blancas con arco iris (usan los campeones en ciclismo) la pilcha era hermosa y de esto le doy las gracias al pelado, lentes de sol, agua, guantes todo listo para Nuestra Carrera.

Subimos a la rampa para larga….mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que cagazo me dio…….

LARGAMOSSSSSSSSSSSSSSSSSS.

Baje frenando hasta con los dientes…. Mi hno de senderos ya estaba abajo y yo recién venia por la mitad….me espero y entramos juntos a los senderos, curva y otra curva y otra mas y segui de largo en quede abrazado a un árbol casi casi ccasi, pero no me cai.

Seguimos bajando y mi querido compañero que venia sobrado me dice “flaco mira que lindo paisaje” él podía pedalear  hablar y mirar. Yo no.

Cuando levante la mirada la bici no se que paso y quede con tierra hasta en las encías, ya estaba casi disfrazado de postre. Tenia frutillas (raspaduras) por todo el curpo solo me faltaba la crema de leche.

Después de la caída mi compañero no paraba de reir y yo de sacarme tierra y golpes de todos lados.

Seguimos pedaleando a la par yo con la lengua que se me enredaba en los rayos y el tirando Willy, pero fue hermoso, nos pasó casi todo la carrera, menos 9 a los que les ganamos. Le ganamos a 9 de casi 3500. Pero nos ganamos a nosotros mismo y eso es ganar.

Pero nos reímos  todo lo que las fuerzas nos daban, veíamos a los gordos que venían tan muertos como yo pero con bici de $ 50.000 ….. jua jua cualquier excusa para es buena para salir de joda les gritábamos o cambia la cara que pagaste para venir aca. Todo con humor todo con alegría.

En la carrera llegamos a un lugar donde había agua….yo tenía mas sed que una esponja, pero el narigón estaba fresco como lechuga recién cortada. En este lugar los encontramos con Charly y el Mudo, el mudo venía muy bien, pero Charly había comprado un terrenito cerca del mío y también tenía tierra por todos lados.

Nos saludamos nos dimos un abrazo y ellos siguieron. Venían con más pierna.

La carrera para mi fue muy fura, no podía más para mi compañero me aguanto toda la carrera, hasta llego a hacer 5 km extra para irme a buscar agua, me empujo en las subidas y me guio en las bajadas…un hermano de senderos el narigón.

La carrera fue hermosa, recordamos muchas anécdotas del Osito (GC), del Dr. Google (RS) del Flaco (AI) el Pelado Leo y mucho más que hacen de este deporte una pasión, nos prometimos volver una y otra vez, faltando a la promesa de no volver más cuando sufrías cada pedaleada, pero ya hoy sonamos con volver.

La llegada momento máximo, momento donde el dolor, el cansancio, el sudor, todo desaparece. Nos habíamos ganado a nosotros mismos, nos habíamos demostrado que éramos capaces de esto.

Nos esperaban todos en la llegada, bichito, el viejo, Fer, Pit sampras, Lucas, lea, etc. El abrazo fui gigante la felicidad única.

Al llegar no tenía más fuerzas sentía que me moría. Llame a casa conté que habíamos cumplido el sueño y que volaríamos en el 2014.

A comer algo, Charly y el viejo cortaron fiambres junto al papa del Fer, el mudo acomodaba su bici y tiraba las nuestras.

Buscamos a German y Tincho que habían roto las bicis y a comer milanesa dormir y volver a Mendoza.

Gracias a mis hermanos de los senderos por esta experiencia, Gracias al Narigón por resignar un trofeo por pedalear a mi lado.

Gracias gracias y mil veces Gracias.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Momentos simples

Una salida como cualquier otra. Las nubes y el mal tiempo dejan siempre a los mejores arriba de la bici. Los demás se bajan también con otras excusas como Cristian, Walter que ya no no sale con los que andamos despacio, Carlitos de shopping, Andrés solo va a los asados, Raúl haciendo plata y del resto no tenemos noticias. Premiados con un día lindísimo 60 kilómetros de tierra húmeda, bajadas con viento suave, gotitas de lluvia que te ensucian los lentes y el ruido incomparable de la lluvia en el rompeviento. Lo mejor, aromas a jarilla mojada en todo el recorrido. Simples momentos que nos hacen sentir que estamos viviendo la vida sin dejarla pasar.