Tienen que ver con subir pedaleando hasta los 4000 mts. sobre el nivel del mar, con luchar contra el mal de altura, con ganarle a los juegos de mente que nos tiran siempre para abajo, con sobrepasar el frío y el vértigo, adentrarse en las nubes y tocar el cielo con las manos.
Puede verse como una pequeña y simple travesía, pero hay que hacerla y recomendamos vivirla. Culminarla es una emoción tremenda. Hacerla con grandes amigos es un premio histórico, eternamente inolvidable.
Fue una travesura más, entre tanto rally, tanta competencia, tanto merchandising, tanta basura de aluminio y carbono. Recomendamos a los bikers buscar este tipo de desafíos, que incluyen amigos, que vinculan historias, como las de un paso histórico de las columnas del General San Martín por la Cordillera de Los Andes, pequeños desafíos que dejarán grandes anécdotas y recuerdos de acero.Esperamos podamos transmitir algo de ese mágico Toque al Cristo que vivimos ocho amigos en una fría y lindísima mañana de febrero.
Fotos: Jorge F.
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